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Percepción de calidad de vida postratamiento para cáncer de próstata en pacientes que asisten a control en consulta externa de litotricia medical center

Resumen en español

El cáncer de próstata es la segunda neoplasia masculina que con más frecuencia se diagnostica en el mundo luego del cáncer de pulmón, siendo en Colombia la primera según las cifras de incidencia publicadas en el 2018 por la OMS. En el manejo de esta neoplasia hay múltiples opciones de tratamiento disponibles para ofrecer a los pacientes, dependiendo del grado de compromiso tumoral y el estadio al momento del diagnóstico, así como de su preferencia. La aplicación de las diversas opciones de tratamiento no es inocua y puede derivar en algunos efectos negativos. Además, el aporte al seguimiento de los tratamientos en los pacientes ha resaltado la importancia de conocer la Calidad de Vida de estos. La calidad de vida es entendida como una experiencia subjetiva de cómo se percibe el bienestar, su evaluación entre los pacientes en general depende de su enfermedad, pero los pacientes sobrevivientes al cáncer reportan una pérdida de aproximadamente 47% en su percepción de salud comparados con pacientes de su misma edad que no han sufrido cáncer. Los resultados arrojados se realizaron por medio de encuestas anónimas aplicadas a los pacientes con cáncer de próstata que asisten a su seguimiento. La prueba aplicada fue (EPIC-26) que discrimina cinco principales dimensiones de la enfermedad: síntomas urinarios irritativos, continencia urinaria, alteración en el hábito intestinal, estado hormonal y función sexual. La función sexual es el componente más afectado impactando en la pérdida de la capacidad de disfrutar del orgasmo y la capacidad de mantener una erección, la continencia urinaria hubo una proporción del 16.5% de pacientes que reportó una pérdida ocasional, y solo un cuarto de la población encuestada manifestó necesidad de uso de un pañal al día; la frecuencia urinaria y el vaciamiento incompleto fueron los síntomas más reportados por los pacientes, la función gastrointestinal no tuvo una afectación significativa a la calidad de vida de los pacientes evaluados.