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dc.contributor.advisorArdila Carrillo, Zaida (Asesora)spa
dc.contributor.authorFeria, Silvia
dc.contributor.authorHeredia, Karol
dc.contributor.authorGonzález, Andrea
dc.contributor.authorContreras, Randy
dc.date.accessioned2014-09-26T16:41:30Z
dc.date.available2014-09-26T16:41:30Z
dc.date.issued2013
dc.identifier.citationT302.2 / P411es
dc.identifier.urihttps://hdl.handle.net/11227/862
dc.identifier.urihttp://dx.doi.org/10.57799/11227/3813
dc.descriptionTesis (Comunicador Social) -- Universidad de Cartagena. Facultad de Ciencia Sociales y Educación. Programa de Comunicación Social, 2013es
dc.description.abstractA partir de lo encontrado en el proceso de recolección de datos podemos concluir que los vendedores de las seis plazas están de acuerdo en la carencia de regulación por parte de las autoridades en materia de espacio público. Mientras que los vendedores informales encuentran persecución, corrupción y desesperanza frente a las autoridades encargadas, algunos negocios formales ven en las autoridades cierta permisividad hacia ellos por la organización y dinero con el que aportan a la ciudad impuestos. Es decir, existe una clara diferenciación entre el manejo con respecto a los vendedores formales e informales. Con respecto al manejo del espacio público por parte de las autoridades, se evidencia un no pago, por apropiación del espacio, es decir, tanto vendedores informales como formales no pagan al distrito por usufructuar estos lugares, a excepción de la plaza de Santo Domingo que está legalizada. Esto quiere decir que en esa zona un vendedor formal paga al distrito cifras irrisorias con respecto a lo que incluso valdría en la ciudad un metro cuadrado de predio residencial privado en el centro histórico. Es decir, sale más rentable usufructuar el espacio público, que comprar un espacio privado; se tiene más afluencia de personas y no se paga alquiler, servicios, etc. Los negocios formales, van incrementando la cantidad de espacio que toman en las plazas y consideran que la entidad encargada debería darles permisos más flexibles puesto que ellos pagan impuestos y traen más turismo a la ciudad. La situación anterior puede arreglarse a partir de un establecimiento de las reglas del juego, incluso los mismos vendedores, tanto formales como informales, consideran que es necesaria la reglamentación para no mantenerse en la inestabilidad del funcionario de turno y saber cómo moverse en sitios colectivos. Por el momento quienes han ido “organizando” las reglas del juego son los mismos comerciantes formales e informales, que al pasar los años intentaron adecuar desde sus necesidades los usos de ese espacio público. En cuanto a la fase de recolección de datos es necesario establecer la diferencia entre la afabilidad de los vendedores ambulantes y su propensión a querer informarse e intentar abordar el tema del uso comercial de espacio público desde una perspectiva seria.es
dc.format.mediumapplication/pdf
dc.language.isospaes
dc.publisherUniversidad de Cartagenaes
dc.rights.urihttps://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0
dc.subjectEspacio públicoes
dc.subjectEspacio público - Cartagena (Bolívar, Colombia)es
dc.titlePercepciones alrededor de las dinámicas de uso comercial del espacio público en el centro histórico de Cartagena: caso San Diego, Santo Domingo y de la Trinidad.es
dc.typeTrabajo de grado - Pregradospa
dc.rights.accessopenAccess


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