Los ciclos del poder de revolucionarios a neoliberales
Villalba Bustillo, Carlos | 2013
Existe, sí, el partido liberal, y su cúpula no ahorra esfuerzos por dispensarle oxígeno con tal de revivirlo, pero el daño generado por cuarenta años de pragmatismo doloso y deliberados olvidos programáticos no se repara de un día para otro, y menos
con las jefaturas enfrentadas y la militancia desmoralizada. Mariano Grondona recordaba en un libro que le dedicó al “despertar del sueño argentino”, que Alain Peyrefitte explicaba las inestabilidades políticas de Francia, Le mal français, con
hechos parecidísimos a los que moldearon el mal romano, que consistió en hacer girar la actividad del Estado y los partidos alrededor del poder burocrático con el fin de darle contentillo a la clientela insaciable. En pocas palabras, un engendro que minó los cimientos de la Roma imperial, y que, a pesar del antecedente, tuvo meticuloso cultivo en la Roma papal. Pues a nuestro gran partido lo afectó también el mal romano.
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