Richard Forty y Cornelius Castoriadis: La praxis política como acción de crear.
García Martínez, Jose Carlos | 2012
Con la época moderna empieza el problema de la fundamentación del mundo,
tanto físico como social o individual. Antes de la modernidad ese problema no
se planteaba porque el mundo existía dentro de un orden metafísico que lo
cargaba de sentido. Por otro lado, ese mismo mundo cargado metafísicamente
de existencia (que encontraba básicamente sus bases en la religión) daba
sentido al mundo social y a la existencia individual, de manera tal que las
preguntas por la acción y por el pensamiento1 encontraban respuestas desde
ese horizonte de significado.
A partir del surgimiento de las ideas modernas, contrarias al pensar y al actuar
metafísico, el hombre –el hombre que piensa y actúa postmetaficamente- se
desvincula de toda relación con un sistema pre-establecido, definido y creado
fuera de las fronteras de lo humano. Comienza, pues, el movimiento
caracterizado por la desmitificación y secularización del mundo, así como por la
des-divinización del Yo. Este es uno de los tentáculos progresistas del proyecto
de la modernidad, basado en la razón como fuente de fundamentación de lo
físico, de lo social y de lo individual. Es un proyecto de humanización del
mundo o de los mundos del hombre.
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