La sazón de doña higiene
Fajardo, Adrían | 2011
La venta de alimentos en la vía pública es una práctica común en todo el mundo, vista con especial preocupación en América Latina y el Caribe. Observar cómo en los últimos años esta actividad se ha incrementado por múltiples causas -migración a las ciudades, desempleo, entre otras- origina cierta preocupación por parte de las autoridades. Los alimentos que se ofrecen en la vía pública presentan ciertos beneficios, no son costosos, incluyen una gama de la gastronomía local, su inmediatez en la preparación, y sencillamente porque resultan apetitosos. Sin embargo, junto a estas ventajas, los alimentos ofrecidos en las calles comparten una serie de desventajas como: su calidad nutricional, la higiene en su preparación y que conllevan a un potencial riesgo de adquirir enfermedades.
En Colombia, al igual que en todo el mundo, los controles a las ventas, tanto en establecimientos y en puestos callejeros, día a día aumentan por parte de las entidades de orden nacional, departamental y municipal. Pese a ello, se evidencia en la actualidad un particular crecimiento en las ventas informales, ambulantes y estacionarias. Estas toman partida y se expanden por diferentes zonas de Cartagena. Es importante expresar la trascendencia de las ventas de alimentos en la culinaria costeña y en especial las mesas de fritos cartageneras, pues se convierten en un escenario de convivencia cultural de la sociedad que refleja comportamientos, identidades y formas de percibir la ciudad.
Todo lo anterior puede considerarse al mismo tiempo como un problema, un desafío y una oportunidad para el desarrollo de la ciudad, teniendo como principal objetivo el ejercicio de prácticas que mantengan la calidad de los alimentos que se venden en la vía pública bajo una metodología basada en problemáticas particulares de la población y cultura cartagenera.
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Estas razones impulsan y sustentan la idea de crear un plan estratégico de comunicaciones (PEC), donde se articulen la comunicación, la pedagogía y el mercadeo social con el principal propósito de promover y conservar prácticas de higiene en los vendedores estacionarios de alimentos en vía pública e influir en la correcta elección, por parte de los ciudadanos de dónde comprar y consumir alimentos en la ciudad de Cartagena.
En este sentido se desarrolla “La Sazón de Doña Higiene”, una campaña en la que se escogieron cinco vendedores de fritos estacionarios de diferentes lugares de la ciudad y teniendo en cuenta sus condiciones, según lo observado o previamente indagado, se consolidó una propuesta encaminada a la aprehensión y aplicación de buenas prácticas de higiene a través de los componentes de mercadeo social, comunicación y pedagogía.
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