Evaluación financiera de una planta productora de biodiesel a partir de aceites usados de cocina
Chaverra Mendoza, Diego | 2012
El deterioro de la capa de ozono sumado a la acción cada vez más palpable del
calentamiento global son algunos de los efectos negativos causados
principalmente por los hidrocarburos derivados del petróleo sobre el medio
ambiente del planeta. Lo anterior, sumado al hecho probado de la disminución de
las reservas mundiales del petróleo y a la inestabilidad social y política que se vive
en el medio oriente ha hecho necesario la búsqueda de otras fuentes alternativas
de energía.
Una de estas opciones lo constituyen los Biocarburantes (ó biocombustibles),
mezcla de hidrocarburos que se utiliza como combustible en los motores de
combustión interna y que deriva de la biomasa1. Por su origen, no contribuyen al
calentamiento global debido a que no afectan el ciclo de carbono2, no generan
emisiones de gases nocivos tales como dióxido de azufre, óxidos de nitrógeno,
monóxido de carbono, etc.
Los biocombustibles son de dos tipos: bioetanol y biodiesel, los cuales son
obtenidos principalmente a partir de cultivos de cereales, tubérculos y oleaginosas
(llamados biocombustibles de primera generación) con los consecuentes
problemas ambientales, sociales y de seguridad alimentaria. Esto ha demandado
en los últimos años la necesidad de buscar otras fuentes de insumos para la
obtención de biocombustibles, razón por la cual aparecen los biocombustibles de
segunda generación que son obtenidos a partir de residuos o materias primas no
convencionales.
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